Sólo un huevo

HAY NUEVA ENTRADA EN DECORACIÓN y en MANUALIDADES

• Siempre le he dado muchísima importancia a tener la despensa bien surtida.
• En la casa de mis padres siempre se hacía una compra grande al mes (me remito a los años 50) y mi madre, desde que supe escribir, me pedía que le ayudara a hacer la lista de la compra. Me hacia sentir importante, mayor. Repetía la lista una y otra vez, hasta que la caligrafía, la ortografía y la presentación me salieran perfectas. La acompañaba a una de las mejores tiendas de ultramarinos que había en Gran Canaria por aquellos años, Cruz Naranjo, el tendero siempre se dirigía a mí para que yo le leyera el listado. Malamente alcanzaba la altura del mostrador. Al finalizar nos regalaba, por haber elegido sus almacenes una  gran caja de bombones.¡Je,je,igual que ahora!
• También participaba en la colocación de los productos en la despensa, había una habitación dedicada exclusivamente a ello. Para mí era una gran diversión.
• No hay duda de que éstas cosas marcan. Mi cuñado Jose dice que mi despensa parece El Corte Inglés y de mis congeladores prefiero no hablar, se merecen todo un post.
• Bueno, en mi descargo he de decir, que vivo en el campo, y que hasta para comprar pan hay que desplazarse.
• ¿Qué por qué todo este rollo? Pues, naturalmente, puedo recurrir a mi propia despensa o congeladores para "improvisar" comida para unas cuantas decenas de personas, y no exagero un ápice. Mis amigos que siguen este blog, y que han comido en casa, pueden dar fe.
• Pues bien, hoy quise improvisar un almuerzo para mi marido. Me olvidaba decir que somos dos pelagatos y que además estoy a régimen. Hace un calor de muerte. Así que elegí ensalada contundente. Y mientras guisaba un huevo, no me permitió que fueran dos. Monté el plato. ¡Aquí está! Sólo para él, eh? Y de plato único. Bueno, eso es un decir, el pan, la cervecita, los postres y si le queda un hueco, no sé donde, porque parece D. Quijote, no perdona dos ambrosías Tirma.
• Jamás en mi vida he sentido envidia por NADA, pero he de reconocer que envidia a esto sí le tengo. Yo la llamo envidia cochina. Estar delgado por no comer, no, estar como un palo, no absteniéndose de ningún capricho alimenticio y encima tener la analítica de un chaval de 15 años, cuando ya NO va a cumplir los 60, me pone los dientes largos y la tez verde. Pero, en fin, hay alguien que se puede comer lo que cocino!!

Juro que sólo guisé un huevo:

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  Los esparrágos blancos extra 5/7 frutos, muy gruesos de La Carretilla.
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  La mezcla de lechugas de bolsa.
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  Las gambas las compro frescas y  peladas, menos la cola, son de Alcampo, corona de Skandia, yo las congelo, por si...
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  Las aceitunas deshuesadas.
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  El sucedáneo de caviar de bote, claro.
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  Las alcaparras de bote.
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  Las puntitas de pimiento de los que tengo congelados para mi receta de queso con pimientos.
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  No, no hice mahonesa, es el alioli de Santa Teresa de Martín Barasategui, está magnífico, sin aditivos, libre de gluten, y de brick pequeñito de 125 ml.

¡Y TODO EN LO QUE GUISÉ UN HUEVO!