Hace unos trece años, cuando desgraciadamente habían muerto los abuelos que venían a cenar la Nochebuena, como siempre adaptaba las cenas a los gustos de los mayores, les hice una oferta a mi marido y a mi hijo: podían pedirme el menú que quisieran para cenar, yo les haría el capricho.
Durante más de un mes tuvieron cónclave (siempre organizo las cosas con antelación); mientras, yo miraba mi cartera, cavilando sobre si mi presupuesto alcanzaría para comprar los manjares que me iban a solicitar.
Un buen día, hubo fumata blanca: papas fritas y huevos, me dijeron, eso es lo queremos, pero, solos, no los adornes con nada, añadieron.
Nadie se lo tomó en serio, los familiares y amigos, creían que era una broma y trece años después aún me recuerdan el menú de esas Navidades. Como decía Antonio Machado: Dios le da pañuelo al que carece de nariz.
¿A qué viene esto a cuento?
Pues, a que cumplí su petición y cenamos los tres papas fritas y huevos. ¿Qué si nos gusto? Sí, exquisitos. No hace falta tirar la casa por la ventana para saborear un magnífico plato. Pero, no recuerdo ninguna otra Navidad en la que haya trabajado tanto A ÚLTIMA HORA, ¿y la cocina? mejor no comentar cómo se quedó.
Cualquiera que sea el menú que vayas a preparar para las fiestas, con recetas propias, de los blogs, de tu suegra, de tu madre o de tu tía Juana, mi consejo es que elijas según los gustos de los tuyos, el presupuesto, etc, pero, sobre todo, que sea un menú que puedas elaborar con antelación. Mejor preparado y congelado, en parte, el resto, elaborado el día anterior y que el día señalado, seas, además de anfitrión, un invitado más, en la medida de lo posible. Duchado, peinado, perfumado, en Canarias decimos "emperifollado" y que sólo tengas que dar el último calentón en el horno.
Estas fiestas son para disfrute de TODOS. Podemos poner la mesa y elaborar nuestros manjares con toda la dedicación y el cariño del mundo; pero, de eso, a terminar exhaustos, desgreñados, sudorosos, sin ganas de mantener una conversación y en ocasiones, malhumorados, va un trecho.
Y, no digamos nada, cuando en estas fechas, o a lo largo del año, aparece algún familiar o invitado de confianza a casa, que con la mejor intención del mundo, pero sin tener mucha sesera, te trae algún plato para contribuir en la elaboración del menú y te comenta: sólo tienes que freírlo. "Para ese viaje, no hacían falta alforjas".
Por último, no es cuestión de que acabemos fregando los platos y dándole lustre a la cocina, pero, en una comida familiar, donde sobra la etiqueta, ¿se le cae a alguien los anillos por ayudar, como mínimo, a recoger la mesa?. Y sin excepciones, en absoluto soy feminista, pero la ayuda debe ser de TODOS, mayores y niños, de ambos sexos.
Uf, ¡qué dura estoy hoy!
Durante más de un mes tuvieron cónclave (siempre organizo las cosas con antelación); mientras, yo miraba mi cartera, cavilando sobre si mi presupuesto alcanzaría para comprar los manjares que me iban a solicitar.
Un buen día, hubo fumata blanca: papas fritas y huevos, me dijeron, eso es lo queremos, pero, solos, no los adornes con nada, añadieron.
Nadie se lo tomó en serio, los familiares y amigos, creían que era una broma y trece años después aún me recuerdan el menú de esas Navidades. Como decía Antonio Machado: Dios le da pañuelo al que carece de nariz.
¿A qué viene esto a cuento?
Pues, a que cumplí su petición y cenamos los tres papas fritas y huevos. ¿Qué si nos gusto? Sí, exquisitos. No hace falta tirar la casa por la ventana para saborear un magnífico plato. Pero, no recuerdo ninguna otra Navidad en la que haya trabajado tanto A ÚLTIMA HORA, ¿y la cocina? mejor no comentar cómo se quedó.
Cualquiera que sea el menú que vayas a preparar para las fiestas, con recetas propias, de los blogs, de tu suegra, de tu madre o de tu tía Juana, mi consejo es que elijas según los gustos de los tuyos, el presupuesto, etc, pero, sobre todo, que sea un menú que puedas elaborar con antelación. Mejor preparado y congelado, en parte, el resto, elaborado el día anterior y que el día señalado, seas, además de anfitrión, un invitado más, en la medida de lo posible. Duchado, peinado, perfumado, en Canarias decimos "emperifollado" y que sólo tengas que dar el último calentón en el horno.
Estas fiestas son para disfrute de TODOS. Podemos poner la mesa y elaborar nuestros manjares con toda la dedicación y el cariño del mundo; pero, de eso, a terminar exhaustos, desgreñados, sudorosos, sin ganas de mantener una conversación y en ocasiones, malhumorados, va un trecho.
Y, no digamos nada, cuando en estas fechas, o a lo largo del año, aparece algún familiar o invitado de confianza a casa, que con la mejor intención del mundo, pero sin tener mucha sesera, te trae algún plato para contribuir en la elaboración del menú y te comenta: sólo tienes que freírlo. "Para ese viaje, no hacían falta alforjas".
Por último, no es cuestión de que acabemos fregando los platos y dándole lustre a la cocina, pero, en una comida familiar, donde sobra la etiqueta, ¿se le cae a alguien los anillos por ayudar, como mínimo, a recoger la mesa?. Y sin excepciones, en absoluto soy feminista, pero la ayuda debe ser de TODOS, mayores y niños, de ambos sexos.
Uf, ¡qué dura estoy hoy!
21 comentarios:
Una reflexión acertada, como tú dices deben de ayudar todos y que al final la comida no sea la tarea de una persona sola, que tiene mucho trabajo.
Con respecto a lo de las papas fritas y huevos, yo le pongo a mi hija eso, y es el mayor manjar del mundo.
Saludos
Tienes toda la razón del mundo. Yo que me tiro la vida pasando más hambre que Victoria Beckham me ponen un plato de patatas con huevos, y se le añadimos chorizo frito!!!... me puede dar algo!
Hasta los huevos fritos y papas fritas hay que saber hacerlos. Que esten en su punto los huevos, el corte de las papas, temperatura del aceite, crujientes .... se me hace la boca agua. Creo que te copio el menu pero para hoy.
Hay que tener arte hasta para los huevos fritos. Te copio el menu para el dia de hoy. Saludos
Me lo han pedido a mí para este año. La verdad es que me parece una buena opción.
Cuando, hace algunos años, tenía responsabilidades en los Hoteles Escuela de Canarias, al acercarse al galope las fiestas de Navidades, se acercaban muchas personas (amas y amos de casa) para pedir que se programaran unos cursillos adecuados para estas fechas, desarrollados a tres niveles: para expertos, para aprendices a cocinillas y para osados (entre los que me encuentro gracias a tí). Pero unas señoras, mis libreras habituales, me pidieron que esos cursos tuvieran tres condiciones:
a)Tan sólo 3 menús: noche buena, noche vieja y reyes.
b) Que fueran sencillos, ellas trabajaban fuera del hogar (matiz para las "hembristas", antónimo de machistas). Pero a la vez que fueran aparentes, pues eran unas ocasiones muy especiales para la familia (y a veces con la suegra "acechando" como el lobo, el Sr. Feroz, a Caperucita, apodada "roja". Una variante del cuento dice que ya no es Caperucita sino la Sra. de Feroz).
c) Pero sobre todo, ¡por favor!, que me pueda sentar con mi familia a disfrutar de la velada.
Por eso, Oli-Olivia-Oliviona, nuestra musa de los cinco sentidos pues a todos ellos estimulan tus recetas, te comprendo perfectamente y suscribo tu acertado comentario y, si me añades a tu lista de catadores, ¡hasta te friego los platos!
¡Que el Niño Jesús, que nacerá en Belén, te bendiga a tí, a los tuyos y a los seguidores de tu blog también!
Jose Manuel,me alegro que compartas conmigo esta reflexión. un besote
Isabel, me parece absurdo que se tire la casa por la ventana, más aún en tiempo de crisis, cuando hay platos baratos tan exquisitos como las papas y los huevos fritos.
Ángeles, los entendidos dicen que la prueba de fuego de un buen cocinero está en cómo fríe las papas. Por algo será.
Anóimo, fantástico, pero organízate para que la cocina no se quede de pena, je,je.
Belda, hasta me he emocionado,has convertido tu comentario en una felicitación estupenda, tanto para mí como para los seguidores de este blog. En nombre de ellos y del mío propio te deseamos lo mejor para el 2011 y que te conviertas en un experto en la cocina. Un besote de Oli, Olivia, Oliviona
Que post tan bonito Oli, me ha encantado y estoy completamente de acuerdo contigo.
Sabes lo que hago cada navidad...pues no comprar nada de marisco, por ejemplo, me niego a comerlo en esas fechas, no se, al margen de otras cosas es una manera interir de solidarizarme con los que casi no podran ni comprar, en fin, cosas mias...un besote muy fuerte y me apunto lo de las papas con huevos...
De dura nada, por ahi empieza la educacion en igualdad. Y no pasarian las cosas que pasan. Y que no quiero mentar, porque ni es momento ni ocasión... he dicho!
LLevas mucha razón Oli.
Besazos de Orquidea59
Pues la verdad que tienes razón. A mí las navidades no me gustan nada de nada y sobre todo cuando te faltan muchos de los tuyos, que se echan tanto de menos. Yo hace ya muchos años que no me apetece ir a casa de nadie y lo celebro en mi casa con mi marido y mis hijos y el que quiera venir a su casa viene. Yo por mí cerraría los ojos y cuando me despertara que hubiesen pasado ya todas las fiestas. Lo siento, pero son mis sentimientos. La comida nuestra es más o menos como la de un día normal. Besos.
Pues en mi casa somos 9...abuelos y hermana...mi marido hijos y yo...curiosamente los mayores...siempre quieren comida...y más comida...y complicaciones...
en cambio mis hijos... piden patatas y filete...
una reflexión que me apunto... pq con lo que me gustan a mis estas fiestas y ya solo por la comida deseo que se pasen...ya quisiera estar a 8 de enero
un beso
Oli, qué razón llevas... Nosotros solemos comer en casa de mis padres. Mi madre se encarga del plato fuerte, generalmente carne, y la hace al horno. Si es algún rollo de carne relleno, lo hace con antelación; si es, como este año, cabrito, pues lo hace en salsa el día anterior o lo prepara durante el día y al horno un rato antes de sentarnos.
Yo suelo llevar algún entrante, de setas o de marisco... Este año, mi madre me ha pedido un pastel de aguacate (en lascas, no escachado)y marisco. Ya tengo pensado algo...
Este año también llevaré turrón casero...
Todos recogemos la mesa y, o Marc o yo, fregamos en un plis plas. Entonces llegan mis tíos y algunos primos...
Tus reflexiones son de lo más acertadas.
Un besote
Orquídea, hay que educar desde niños y ponerse en el lugar de los demás.La empatía hay que vivirla desdepequeños.Un abrazote
Sara, por eso he querido poner lo de los huevos fritos.Es absurdo amargarse porque estas NAvidades la comida sea más económica, puede estar igual o mejor que una desorbitada.Un besote
Piligoto, las mejores Navidades son las que paso en casa con mi círculo reducido y sin pretender estar como unas castañuelas por obligación.UN abrazote.
Neus, es que más de uno odia la Navidad por el tenderete que se monta, sin pie ni cabeza. Un besote
Laube, dile a tu madre de mi parte que es una privilegiada. Más de una acaba esa noche "muerta".Un besote
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